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Los precios del petróleo crudo se han disparado hasta alcanzar un máximo de 14 años tras la invasión rusa de Ucrania, a medida que las sanciones económicas contra el país comienzan a afectar a la economía mundial en general.
Los precios subieron a 139 dólares el barril a primera hora del lunes debido a los informes de que Estados Unidos podría introducir una prohibición general de comprar energía rusa, ya que esperaba que otros países aumentaran la oferta.
Rusia es el segundo mayor productor mundial de petróleo crudo después de Arabia Saudí y suministra casi un tercio de las necesidades de Europa.
A su vez, los precios de la gasolina han subido hasta una media de 155 peniques por litro en el Reino Unido, ya que el país se enfrenta a una crisis del coste de la vida que ya prevalece y que ahora se ve agravada por el conflicto.
En otros lugares relacionados con el conflicto, decenas de empresas se han retirado por completo de Rusia: los gigantes Visa y Mastercard han interrumpido todas las ventas, Apple y Google han restringido el uso de sus servicios de pago móvil y Paypal también se ha retirado del país. Del mismo modo, varias marcas conocidas han interrumpido sus operaciones, como Microsoft, Zara, Netflix y Jaguar Land Rover.
En medio de la incertidumbre geopolítica y económica derivada del conflicto en Ucrania y el aumento de los precios mundiales del petróleo, los mercados bursátiles de Japón registraron pérdidas durante la semana: el índice Nikkei 225 cayó un 1,85% y el índice TOPIX, más amplio, cayó un 1,67%.
El mercado bursátil ruso cerró durante la semana después de que Estados Unidos, Canadá y varios países europeos decidieran aislar a varios bancos rusos de SWIFT, una red internacional de banca y mensajería. Además, se impusieron sanciones contra el Ministerio de Hacienda, el Banco Central y el Fondo Nacional de Riqueza de Rusia, prohibiendo las transacciones con estas instituciones y, de hecho, «congelando» las reservas en sus respectivas jurisdicciones.
En respuesta a la caída del rublo frente al dólar estadounidense el lunes pasado, el banco central aumentó las tasas de interés a corto plazo del 9,5% al 20%, impuso una prohibición temporal a los inversores no residentes que posean activos financieros rusos y tomó otras medidas en un intento de suavizar el impacto en el sistema financiero ruso.